¡¡¡REGALO PARA MI AMIGO INVISIBLE BLOGGERO!!!
Hola querid@s...
Un poquito tarde, pero aun día 25, traigo los regalitos que le hice a mi amiga invisible blogera...
Esa ha sido una hermosa iniciativa del blog Alma con Arte que me hizo muy, pero que muy feliz:D
Me fue difícil... no la conocía, así que usando un poco de lo que decía ella en "Entrevistando" y viajando por su blog unos cuantos días, le traigo esos regalitos que espero le gusten...
Y mi amiga invisible bloguera es...... (ya he contado que se trata de una chica, jajajaja)
Aqui te dejo un par de imágenes que hice con el Photoshop:D
Y aqui, este pequeño relato, inspirandome en lo que digiste sobre ti misma... espero que te gusten los regalitos:D
La joven se sentó en la cafetería. El lugar de siempre. La misma gente de todos los días.
Miró de soslayo al grupo de animadoras, que a juzgar por la risita asquerosa, iba dirigido a ella. Lo ignoró. ¿Que más daba lo que pensasen los demás? Ella era como era; lista, sencilla y enamorada... tremendamente enamorada del amor.
Así era la muchacha que se pasaba horas viendo películas románticas, soñando con vivir una aventura... una de verdad. Con un caballero apuesto y fuerte. Uno que viniera a rescatarla, a poder ser, en una escoba voladora...Ya, ya lo sé, eso no es precisamente lo que se espera uno de los “príncipes azules”, pero, ¿quién dijo que ella quería algo corriente?
No. Quería magia... romance y risas.
Se pasaba horas con aquella pequeña libreta adornada con mariposas y arco iris. Pero no se equivoquen, no era tan “rosa” como aparentaba. Bueno, unos cuantos mechones de su pelo sí.
El que la viera, soñadora y tan sonriente, lo más seguro se desconcertaba ante su estilo tan único; sus altas botas negras, los vestidos y medias a juego con los colores de su pelo, que variaba según la semana, y una sonrisa que por mucho que intentasen borrar, siempre estaba ahí, expuesta como si un museo de alegría reinara en su rostro.
Neery se pasó la mano por el largo mechón lila. Esa no era su intención, había intentado que saliera azul, pero al parecer, la mezcla con el rosa que tenía hasta entonces, había derivado en un lila brillante y potente. Seguro su madre se desmayaría en cuanto la viera.
La muchacha ahogó una sonrisa al imaginarse los ojos de su madre clavados en su flequillo multicolor. Quería a su mamá, pero eso no significaba que sería como ella quisiera que fuese.
Bajó a la cocina, olía a café y galletas. Su madre estaba de espaldas en el fregadero, y antes mismo de girarse, preguntó:
—¿Debo prepararme, o tu pelo vuelve a tener un color real?
—Yo si tu... me sentaba —le contestó la joven riéndose.
Su madre se giró, y, acompañando la mueca de desagrado, le lanzó una mirada de pies a cabeza.
—¡¿Vaqueros?! —preguntó su madre. Una exclamación que no le dejaba estar segura si era mayor su sorpresa o su alegría por ver a su hija con un pantalón.
—Ah... eso —contestó Neery mientras se sentaba y le daba un mordisco a una magdalena—. Hoy hacen las fotos del instinto... han dicho algo como, “hay que ir con pantalones, no queremos que nadie salga en la foto con las faldas levantadas” —se echó en el respaldo de la silla, y clavó su mirada en el rostro, aun incrédulo, de su madre.
Habiendo tomado el zumo de naranja, Neery se dispuso a ir al instituto.
¡La foto anual! Si había algo que no soportaba, eran las fotos. Si además tenía que suponer ser alguien que no era, eso ya era demasiado.
Aun así hizo lo posible por no decepcionar a su madre. Ella no le pedía nunca nada. Su ropa, su pelo, sus músicas... lo respetaba todo. Que tuviese una foto de su hija donde no estuviese cubierta de colores... bueno, lo que no hace uno por su madre...
Así que ahí estaba Neery, en la cima de las escaleras, soportando una amplia sonrisa de “patata”, mientras el fotógrafo gritaba frustrado ordenando que se callasen y le mirasen a él.
—¿Puedo ponerme aquí? —la voz a su lado le sonó normal, corriente. No se giró, tan solo asintió con la cabeza—. ¿No te gustan las fotos? —insistió su “vecino”, haciendo que al fin Neery se girará hacia él.
—Las fotos no están... —y se quedó con las palabras en la boca, intentando a la vez, encontrar el aire que parecía haber huido de sus pulmones, llevándose consigo las fuerzas de sus piernas. Neery creyó que se desmayaría.
El joven no es que fuera guapo, o impactante, solamente era... Él. Con un aire clásico, entre el pantalón de traje y la camisa blanca suyas solapas destacaban bajo el jersey de lana verde, su pelo lacio y algo ladeado dejaba entrever una tenue cicatriz en formato de rayo en la frente.
Neery parpadeó un par de veces. Quizás unas diez en realidad. Miró hacia los lados, esperaba ver a sus “amigas” riéndose de ella. No era ningún secreto su pasión por los romances y Harry Potter, así que seguro la estaban gastando una broma. Pero no. El chico siguió allí, mirándola fijamente mientras sonreía.
—No te preocupes por la cicatriz —dijo al fin deslizando los dedos por el flequillo tapándose frente. Neery tuvo que recordarse el respirar—. Se burlan de mi constantemente, así que tranquila... ríete si quieres.
—No... no... es... eso —tartamudeó la joven.
“Estúpida”, pensó mientras desviaba la mirada. “Habla, habla con la boca”, se animó mientras volvía a mirarle.
—¡¡DECIR: PATATA!! —gritó el fotógrafo. Neery miró al frente a la vez que el ofuscador flash se disparaba. No sabía con que cara saldría en la foto, pero seguro que como mínimo tendría un sonrisa estúpida.
Miró a su lado rápidamente, y el chico ya no estaba allí.
Neery se dirigió a la clase como si flotara. Aquello no podía ser real. El chico... ¿de sus sueños? No. Eso quizás sería demasiado... ¡pero sería maravilloso si fuera real!
Ignoró esos pensamientos. Estaría alucinando, o algo parecido. Eso no podía haber pasado.
Cuando las clases terminaron, la muchacha decidió pasar del autobús y se dispuso a ir caminando hacia su casa. Era una larga caminada, casi media hora, pero no le importaba. Necesitaba pensar.
Tan solo habiendo recorrido un par de manzana, alguien la llamó a sus espaldas:
—¡Espera! —oyó aquella voz que sin saber el porqué, reconoció de inmediato—. Hola —dijo el chico “Harry” al detenerse a su lado.
—Ho... hola —una vez más parecía quedarse sin aire, así que solo siguió caminando.
—Siento lo de antes, pero soy nuevo y tenía que coger mi horario de clases. Me llamo Sheldon —dijo él tendiendo una mano hacia ella.
—¡Bazinga! —exclamó ella, y se puso roja como un pimiento.
El chico estalló en una carcajada. Y luego siguió caminando a su lado.
—Ya veo que también ves la serie —dijo mientras Neery creía que su rostro prendería en llamas de lo rojo que estaba.
—Lo siento... no... pretendía.. yo... me llamo Neery —dijo al fin.
—No pasa nada. Cuando yo creía ya tener suficiente con la cicatriz, llegó la serie esa... y la verdad, no me molesta. El hombre de la tele es listo, eso está bien —dijo él.
—Me gusta la serie. Y la peli de Potter...
—Ya lo veo. Bueno... aquí me desvio —dijo él deteniéndose.
—Ahh... —Neerys tenía ganas de gritar, pedirle que siguiera caminando a su lado.
—¿Nos vemos mañana? —preguntó Sheldon y le tendió la mano una vez más.
—Claro... mañana —contestó ella, y le dio la mano.
Una larga y fuerte descarga eléctrica recorrió su brazo.
Neery vio como el chico giraba a la derecha y luego caminaba por la larga avenida. Suspiró profundamente y desvió los ojos hacia su camino.
Llegó a casa sin apenas darse cuenta de ello.
Una vez que estuvo en su habitación lo primero que hizo fue abrir su diario:
“Querido Diario,
Hoy he conocido... no sé lo que ha pasado en realidad.
¿Puede ser verdad? ¿De verdad puede existir alguien exactamente como... él?”
Cerró su diario y se abrazó a él, mirando por la ventana como caía la tarde de otoño.
Neery nunca había creído en los cuentos de hadas, pero siempre había soñado con ser la protagonistas de una de estas historias románticas que tanto la gustaban. Románticas y Mágicas.
Puede que su “Harry” no hubiese llegado sobre una escoba voladora, careciera de varita o hechizos, pero estaba segura que viviría por fin una aventura, una gran aventura a su lado.
Un poquito tarde, pero aun día 25, traigo los regalitos que le hice a mi amiga invisible blogera...
Esa ha sido una hermosa iniciativa del blog Alma con Arte que me hizo muy, pero que muy feliz:D
Me fue difícil... no la conocía, así que usando un poco de lo que decía ella en "Entrevistando" y viajando por su blog unos cuantos días, le traigo esos regalitos que espero le gusten...
Y mi amiga invisible bloguera es...... (ya he contado que se trata de una chica, jajajaja)
Aqui te dejo un par de imágenes que hice con el Photoshop:D
Y aqui, este pequeño relato, inspirandome en lo que digiste sobre ti misma... espero que te gusten los regalitos:D
La joven se sentó en la cafetería. El lugar de siempre. La misma gente de todos los días.
Miró de soslayo al grupo de animadoras, que a juzgar por la risita asquerosa, iba dirigido a ella. Lo ignoró. ¿Que más daba lo que pensasen los demás? Ella era como era; lista, sencilla y enamorada... tremendamente enamorada del amor.
Así era la muchacha que se pasaba horas viendo películas románticas, soñando con vivir una aventura... una de verdad. Con un caballero apuesto y fuerte. Uno que viniera a rescatarla, a poder ser, en una escoba voladora...Ya, ya lo sé, eso no es precisamente lo que se espera uno de los “príncipes azules”, pero, ¿quién dijo que ella quería algo corriente?
No. Quería magia... romance y risas.
Se pasaba horas con aquella pequeña libreta adornada con mariposas y arco iris. Pero no se equivoquen, no era tan “rosa” como aparentaba. Bueno, unos cuantos mechones de su pelo sí.
El que la viera, soñadora y tan sonriente, lo más seguro se desconcertaba ante su estilo tan único; sus altas botas negras, los vestidos y medias a juego con los colores de su pelo, que variaba según la semana, y una sonrisa que por mucho que intentasen borrar, siempre estaba ahí, expuesta como si un museo de alegría reinara en su rostro.
Neery se pasó la mano por el largo mechón lila. Esa no era su intención, había intentado que saliera azul, pero al parecer, la mezcla con el rosa que tenía hasta entonces, había derivado en un lila brillante y potente. Seguro su madre se desmayaría en cuanto la viera.
La muchacha ahogó una sonrisa al imaginarse los ojos de su madre clavados en su flequillo multicolor. Quería a su mamá, pero eso no significaba que sería como ella quisiera que fuese.
Bajó a la cocina, olía a café y galletas. Su madre estaba de espaldas en el fregadero, y antes mismo de girarse, preguntó:
—¿Debo prepararme, o tu pelo vuelve a tener un color real?
—Yo si tu... me sentaba —le contestó la joven riéndose.
Su madre se giró, y, acompañando la mueca de desagrado, le lanzó una mirada de pies a cabeza.
—¡¿Vaqueros?! —preguntó su madre. Una exclamación que no le dejaba estar segura si era mayor su sorpresa o su alegría por ver a su hija con un pantalón.
—Ah... eso —contestó Neery mientras se sentaba y le daba un mordisco a una magdalena—. Hoy hacen las fotos del instinto... han dicho algo como, “hay que ir con pantalones, no queremos que nadie salga en la foto con las faldas levantadas” —se echó en el respaldo de la silla, y clavó su mirada en el rostro, aun incrédulo, de su madre.
Habiendo tomado el zumo de naranja, Neery se dispuso a ir al instituto.
¡La foto anual! Si había algo que no soportaba, eran las fotos. Si además tenía que suponer ser alguien que no era, eso ya era demasiado.
Aun así hizo lo posible por no decepcionar a su madre. Ella no le pedía nunca nada. Su ropa, su pelo, sus músicas... lo respetaba todo. Que tuviese una foto de su hija donde no estuviese cubierta de colores... bueno, lo que no hace uno por su madre...
Así que ahí estaba Neery, en la cima de las escaleras, soportando una amplia sonrisa de “patata”, mientras el fotógrafo gritaba frustrado ordenando que se callasen y le mirasen a él.
—¿Puedo ponerme aquí? —la voz a su lado le sonó normal, corriente. No se giró, tan solo asintió con la cabeza—. ¿No te gustan las fotos? —insistió su “vecino”, haciendo que al fin Neery se girará hacia él.
—Las fotos no están... —y se quedó con las palabras en la boca, intentando a la vez, encontrar el aire que parecía haber huido de sus pulmones, llevándose consigo las fuerzas de sus piernas. Neery creyó que se desmayaría.
El joven no es que fuera guapo, o impactante, solamente era... Él. Con un aire clásico, entre el pantalón de traje y la camisa blanca suyas solapas destacaban bajo el jersey de lana verde, su pelo lacio y algo ladeado dejaba entrever una tenue cicatriz en formato de rayo en la frente.
Neery parpadeó un par de veces. Quizás unas diez en realidad. Miró hacia los lados, esperaba ver a sus “amigas” riéndose de ella. No era ningún secreto su pasión por los romances y Harry Potter, así que seguro la estaban gastando una broma. Pero no. El chico siguió allí, mirándola fijamente mientras sonreía.
—No te preocupes por la cicatriz —dijo al fin deslizando los dedos por el flequillo tapándose frente. Neery tuvo que recordarse el respirar—. Se burlan de mi constantemente, así que tranquila... ríete si quieres.
—No... no... es... eso —tartamudeó la joven.
“Estúpida”, pensó mientras desviaba la mirada. “Habla, habla con la boca”, se animó mientras volvía a mirarle.
—¡¡DECIR: PATATA!! —gritó el fotógrafo. Neery miró al frente a la vez que el ofuscador flash se disparaba. No sabía con que cara saldría en la foto, pero seguro que como mínimo tendría un sonrisa estúpida.
Miró a su lado rápidamente, y el chico ya no estaba allí.
Neery se dirigió a la clase como si flotara. Aquello no podía ser real. El chico... ¿de sus sueños? No. Eso quizás sería demasiado... ¡pero sería maravilloso si fuera real!
Ignoró esos pensamientos. Estaría alucinando, o algo parecido. Eso no podía haber pasado.
Cuando las clases terminaron, la muchacha decidió pasar del autobús y se dispuso a ir caminando hacia su casa. Era una larga caminada, casi media hora, pero no le importaba. Necesitaba pensar.
Tan solo habiendo recorrido un par de manzana, alguien la llamó a sus espaldas:
—¡Espera! —oyó aquella voz que sin saber el porqué, reconoció de inmediato—. Hola —dijo el chico “Harry” al detenerse a su lado.
—Ho... hola —una vez más parecía quedarse sin aire, así que solo siguió caminando.
—Siento lo de antes, pero soy nuevo y tenía que coger mi horario de clases. Me llamo Sheldon —dijo él tendiendo una mano hacia ella.
—¡Bazinga! —exclamó ella, y se puso roja como un pimiento.
El chico estalló en una carcajada. Y luego siguió caminando a su lado.
—Ya veo que también ves la serie —dijo mientras Neery creía que su rostro prendería en llamas de lo rojo que estaba.
—Lo siento... no... pretendía.. yo... me llamo Neery —dijo al fin.
—No pasa nada. Cuando yo creía ya tener suficiente con la cicatriz, llegó la serie esa... y la verdad, no me molesta. El hombre de la tele es listo, eso está bien —dijo él.
—Me gusta la serie. Y la peli de Potter...
—Ya lo veo. Bueno... aquí me desvio —dijo él deteniéndose.
—Ahh... —Neerys tenía ganas de gritar, pedirle que siguiera caminando a su lado.
—¿Nos vemos mañana? —preguntó Sheldon y le tendió la mano una vez más.
—Claro... mañana —contestó ella, y le dio la mano.
Una larga y fuerte descarga eléctrica recorrió su brazo.
Neery vio como el chico giraba a la derecha y luego caminaba por la larga avenida. Suspiró profundamente y desvió los ojos hacia su camino.
Llegó a casa sin apenas darse cuenta de ello.
Una vez que estuvo en su habitación lo primero que hizo fue abrir su diario:
“Querido Diario,
Hoy he conocido... no sé lo que ha pasado en realidad.
¿Puede ser verdad? ¿De verdad puede existir alguien exactamente como... él?”
Cerró su diario y se abrazó a él, mirando por la ventana como caía la tarde de otoño.
Neery nunca había creído en los cuentos de hadas, pero siempre había soñado con ser la protagonistas de una de estas historias románticas que tanto la gustaban. Románticas y Mágicas.
Puede que su “Harry” no hubiese llegado sobre una escoba voladora, careciera de varita o hechizos, pero estaba segura que viviría por fin una aventura, una gran aventura a su lado.
Espero que te haya gustado, querida NeeRy... ¡¡Feliz Navidad!!
**.**
Comentarios
Felices fiestas, Karol :)
que te traigan muchas cositas ;D!!!
un besazo! ;D
Y ¿felices fiestas! que te la pases muy bien
Saludos.
Saludos y un abrazo.
¡Me ha encantado tu regalo! Las dos fotos son geniales, preciosas, las he guardado con cariño y las pegaré por todas las esquinas de mi casa. El relato... ¡ES GENIAL! Me encanta, lo guardaré en un Word y lo leeré siempre que pueda. Solo espero que sigamos en contacto, desde YA sigo tu blog y DIOS muchisisisimas gracias por tu regalo, me ha encantado muuuucho! Y bueno, FELICES FIESTAS! Espero que comiences muy muy bien el 2010 (: Muchos besitos,
Nery encantada Cx
estoy preciosa yo, tan despistada como siempre...
Besos y Abrazos,
Nery despistada ._. xD
Besotes!!!
un hermoso regalo, me encanta !!
Felices Fiestas !!
besitos ^ ^
que pases unos días bellos y que tu lindo nene juegue harto con sus nuevos tesoros :D
besote
Nenina